La llama olímpica

La llama olímpica

Al mediodía de hoy, 21 de abril de 2016, se ha encendido en Olimpia, la llama que prenderá en el pebetero del estadio olímpico de Río de Janeiro durante los Juegos Olímpicos de este verano.

Siguiendo la costumbre, el encendido de la llama es un ritual que se lleva a cabo en el altar de Hera en las ruinas de Olimpia. Una actriz caracterizada de sacerdotisa -papel que le ha correspondido a la actriz Katerina Lehu-y acompañada de 14 vírgenes, apela al dios Apolo para que le ayude a encender una antorcha usando un espejo cóncavo con el que enfoca los rayos de sol.

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La llama de la antorcha así prendida se pasa a una pequeña olla de cerámica que transporta la sacerdotisa, acompañada de sus vestales, en procesión hasta el estadio Panathinaikó. En el trayecto hasta llí se detienen ante un olivo para que un joven corte una rama como símbolo de paz y premio para el ganador.

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Una vez llega la procesión al estadio, la sacerdotisa enciende con la llama que transporta en la olla la antorcha del primer corredor de relevos que allí espera preparado, que inmediatamente después empieza a correr iniciándose así el recorrido de la antorcha: hasta Río.

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No es ésta, sin embargo una costumbre centenaria: no se encendió la llama y se inició un recorrido hasta el estadio en los primeros Juegos Olímpicos modernos de 1896 en Atenas. La llama empezó a ser introducida en los estadio para ser encendida en ellos en los Juegos Olímpico de 1928 en Ámsterdam. Pero sin ceremonia previa en Olimpia. El ritual  se llevó a cabo por primera vez en 1936, en los Juegos celebrados en Berlín.

berlin 1936

La llama olímpica simboliza el mito de Prometeo, quien robó a Zeus el fuego de los dioses porque éste no aplaudía su idea de ayudar a los humanos.

Ayer, y por si las moscas, se hizo un ensayo general y se encendió una antorcha de la misma manera. La llama obtenida de esta manera se queda de reserva por si el día previsto para la ceremonia oficial amaneciese nublado y no pudiera encenderse de la forma tradicional. Así pasó con ocasión de los Juegos en Sidney (2000) o en los de Melbourne (1956).

(Fotos: elpais.com y arfentina deportiva.wordpresss.com)