Pétalos por Pentecostés
(Para Gonzalo, que todos los días camino de su trabajo fotografía el Panteón de Agripa).
Como muy bien sabemos todos, y especialmente los almonteños, el domingo pasado, 19 de mayo fue Domingo de Pentecostés. Su fiesta grande pues en la madrugada del domingo al lunes los mozos saltan la reja para recoger a la Virgen del Rocío y sacarla en procesión por la aldea. Sin hora fija: todos los años esperan el momento en que acaba el Rosario de la Hermandad Matriz de Almonte y su simpecado entra en el santuario. Pero no todos saben que no es la única celebración de Pentecostés: no lo es en España, ni en otros países de tradición cristiana.
Vamos poco a poco. Pentecostés, casi como se deduce de su origen en griego, es “quincuagésimo”: festividad cristiana del quincuagésimo día del tiempo pascual con el que se cierra este tiempo. Es una de las grandes fiestas católicas junto a la Pascua y la Navidad. Celebra la venida del Espíritu Santo -cincuenta días después de la Resurrección, por lo que es una festividad que tampoco tiene fecha fija en el calendario- y los dones que se le atribuyen:
A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de ciencia; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, el hacer milagros; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. (1 Co 12:8-10)
Ya os hemos comentado que es una festividad muy celebrada tanto aquí -Miranda de Ebro, Atienza, Santander, Ciudad Real, o Barcelona entre otras, cuentan con fiestas estos días- como fuera de España. Y en este punto nos vamos a fijar en Roma. Concretamente en el Panteón de Agripa.
Es un antiguo templo romano en el centro de Roma cerca del río Tiber, qué mandó construir Adriano sobre uno anterior encargado por Marco Agripa en honor de Jupiter, Venus y Marte y de quien le viene el nombre. El Panteón –templo de dioses en su traducción del griego– lo convirtió el Papa Bonifacio IV en una basílica católica, cuyo nombre es Santa María de los Mártires, porque ordenó que los cuerpos de los mártires cristianos que estaban en las catacumbas se trasladasen allí.
Tiene forma circular y un pórtico con ocho enormes columnas de granito que lo sujetan en una primera fila con otros dos grupos de ocho detrás bajo el frontón de la entrada. La forma circular o rotonda está debajo de una cúpula de hormigón artesonado con una abertura central -u óculo de 9 metros de diámetro- por el que entra la luz y es su única iluminación. Altura hasta allí arriba y diámetro interior …. ¡43 metros!
¿Por qué contamos todo esto? Para ponernos en situación pues al final de la liturgia del domingo de Pentecostés, se canta el Veni Creator Spiritus mientras miles de pétalos de rosas rojas caen a través del gran óculo central. Es un espectáculo impresionante. Y una tradición milenaria. Leemos en la Enciclopedia Católica que:
En Italia era costumbre esparcir pétalos de rosas desde el techo de las iglesias para recordar el milagro de las lenguas de fuego; de ahí que el domingo de Pentecostés es llamado Pascha rosatum en Sicilia y en otras regiones italianas. El nombre italiano Pascha rossa proviene de los colores rojos de las vestimentas usadas en Pentecostés. En Francia era costumbre el toque de trompetas durante el servicio divino, con el objeto de recordar el sonido del poderoso viento que acompañó el descenso del Espíritu Santo.
Esta tradición, en italiano la pioggia di petali di rosa, que no faltó a su cita el domingo pasado, parece -en las diferentes webs y ártículos que hemos leído para preparar el post no se ponen de acuerdo con la fecha- que se remonta a mayo del 609 d.C., año en el que el emperador Augusto donó el Panteón al Papa Bonifacio IV. Aunque la tradición se suspendió durante varios siglos, el ayuntamiento de Roma la restauró en 1955.
Es evidente que de alguna manera hay que subir los pétalos al ojo central de la cúpula y esa es la impresionante labor que llevan a cabo los bomberos de Roma. Para llegar hasta arriba suben por una serie de escaleras estrechas y peligrosas, se colocan alrededor del óculo y descargan por él los 7 millones de pétalos que vienen de la ciudad de Giffoni Valle Piana en la región de Campania al sur del país.
Lo mejor es verlo: hacerse una idea está bien, pero verlo es bastante mejor.
Costumbres y tradiciones hay a millones por el mundo y a nosotros nos gusta mucho bucear en las redes en su busca. Y esta nos ha parecido que merecía un post. El años que viene, ¡Pentecostés en Roma!
*simpecado:
RAE: 1. m. Insignia que en las procesiones andaluzas marcha delante de las cofradías de la Virgen, y que ostenta el lema sine labe concepta. (Sin pecado concebida).
(Video: Rome Reports)
(Fotos: pétalos en el ojo; salto a la reja; simpecado; Bonifacio IV; Panteón, Cuadro de El Greco;