Relacionarse en las redes sociales, ¿tiene norma?

Relacionarse en las redes sociales, ¿tiene norma?

Tarde de radio y polémica

Ayer lunes por la tarde estuvimos en el programa «Mañana es hoy» que dirige Merche Rodríguez en Radio Libertad FM. Estábamos convocadas para hablar de la presentación de la Guía para el avance profesional de la Mujer y, al hilo de mujeres y su trabajo, de cómo se relacionan en las redes sociales. Al respecto, nuestra misión era ponerle la guinda protocolera a la forma de hacerlo.

redes sociales Presentación de la Guía en el Espacio Bertelsmann

No se trataba de hablar de netiquette -las normas aceptadas de comportamiento general en internet que son una adaptación de las normas de educación reales al mundo virtual- sino del lenguaje que utilizan las mujeres cuando se dirigen las unas a las otras en redes sociales. Nuestra tesis es que las mujeres deberían tener un poco de ojo cuando se dirigen a otra. Al referirse a los éxitos profesionales. A las alegrías que dan y que se felicitan en las redes. A los deseos expresados. A las felicitaciones. Para ilustrarlo tomamos como muestra un tuit emitido durante la presentación de la Guía y dirigido a una de las mujeres que participaban en la charla sobre las barreras en el trabajo.

Decía «Mujeres con talento. Escuchando a nuestra Martita».

Y estaba dirigido a la Directora de Talengo.

Esta manera tan familiar de dirigirse a una directora de empresa, ¿qué refleja? Está ajustado al lenguaje fresco, directo, informal, directo, rápido… que es un tuit. Es cercano. Pero, con respecto a su posición o cargo profesional, ¿no le resta algo de seriedad? ¿Somos conscientes de que algunas expresiones no demuestran cercanía sino que restan credibilidad?

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Marta Ortiz, Marta G. Valenzuela, Beatriz Recio, Merche Rodríguez y María de la Serna

La cercanía de las redes sociales y su agilidad son buenas herramientas, en especial, cuando se trata del apoyo de otras profesionales con los mismos problemas y experiencias. Se crea un vínculo similar al de «compañeras de fatiga», «colegas del yo te entiendo». Sin embargo, el peligro de dar imagen de «coleguillas» es tan fino como el filo de una navaja. Puede sonar muy fuerte compararlo con «seriedad» o «profesionalidad» que son términos muy consolidados, pero «Martita» es tan casero, que por mucho cambio que haya experimentado la sociedad en general y el mundo de la empresa en particular, -y mientras Twitter  sea un espacio público y un ágora de mensajes rápidos- si «Juanito», «Miguelito» o «Carlitos» no suenan en redes, los diminutivos femeninos, tampoco.

«Se trata de branding personal«, se comenta, «y si uno es así, en redes también hay que serlo. Porque es mejor no dar una imagen contraria a la que en realidad se tiene». «No es de fiar». Pero lo uno, no quita lo otro. Dar imagen de esa familiaridad y cercanía que las mujeres -porque estamos hablando de ellas y no de ellos- impregnan en su ámbito de trabajo, y en su forma de relacionarse con compañeros o empleados, puede y debe transmitirse. Es su estilo y su forma de ser. Y las redes  sirven para  mostrar el perfil de una mujer directiva y su diferencia frente a su compañero masculino. Pero se puede ser uno mismo sin ser tan «lúdico». Se puede felicitar a la directora, al presidente, al compañero de oficina -si es que quiere hacerse- con toda cercanía, con ternura incluso.

¿Habría que tener dos perfiles? ¿Profesional y personal? No, no es necesario. Para «comentarios de «coleguillas» podemos utilizar el Whats App y aquí paz y después gloria. En redes sociales nos lee cualquiera y un poquito de «profesionalidad en el lenguaje» ni es complicado, ni es una barrera, ni se deja de ser uno mismo. Siempre hay alguien que puede no saber interpretarlo.

¿A todos nos gusta/les gusta que nos/les  llamen Superjefa a grito pelado -perdón, a tuit pelado-? ¿A todos nos/les parece bien? Esa fue la polémica de la tarde. Una gran tarde de radio. En nuestro twitter hemos colgado el podcast del programa. Esperamos que os interese la discusión y si alguno quiere opinar…¡adelante!