Sobre gustos no hay nada escrito

Estos últimos años se han puesto de moda las tartas personalizadas, tuneadas, temáticas o como cada uno quiera llamarlas. Son esas tartas de fondant con las que algunos reposteros crean piezas que parecen esculturas y a las que da pena hincar el diente, aunque, para hacerlo, y si no se es muy goloso, casi conviene retirar esa pasta de azúcar y agua que todo lo cubre.

Sin llegar al acabado perfecto que permite esta lámina, las tartas con formas variadas cubiertas y decoradas con mantequillas de colores han sido siempre una buena opción para rematar celebraciones. Hay muchos habilidosos pasteleros capaces de reproducir con bizcocho y pasta de mantequilla desde corazones, a cajas de bombones pasando por reproducciónes de los homenajeados: hay de todo. ¡Sólo hace falta cuchara…

lenin

…y estómago!

¡Feliz fin de semana a todos!