El Timkat o celebración etíope de la epifanía
El Timkat o celebración etíope de la epifanía
El pasado 19 de enero -día 10 del mes Terr del calendario etíope- los ortodoxos de Etiopía celebraron el Timkat o Ṭəmqät (ጥምቀት), que significa bautismo en amárico, lengua oficial del centro y norte del país y que habla la mayoría. Por tanto, conmemora la epifanía: el bautizo de Cristo por Juan el Bautista en el río Jordán. En Etiopía los cristianos (ortodoxos, católicos o protestantes) son más del 60% de la población. El cristianismo llegó a esta región de África en el siglo IV y a través del reino de Aksum, un reino comerciante al noroeste del continente que floreció ente los siglos I y VII d.C. y donde San Frumencio de Tiro había conseguido convertir a esta confesión a su rey. ¡Son cristianos veteranos!
Timkat: un festival de colores
La celebraciones duran tres días, pero lo más conocido de este colorido festival es la representación del bautismo. Hacia el atardecer del primer día sale en procesión el arca de la alianza o Tabot. Envuelta en telas suntuosas, sedas y damascos, de mil colores recorre el camino hasta el estanque del bautismo sobre la cabeza del sacerdote. Se cubre de forma tan llamativa por ser demasiado sagrada para estar expuesta a la vista de cualquiera.
Simboliza a Jesús, el Mesías, acercándose a la orilla para ser bautizado. Al cortejo se unen otros clérigos también ataviados con capas y casullas de colores. Se protegen del sol y protegen al Tabot con sombrillas o parasoles litúrgicos. Los fieles que acompañan al cortejo visten la tradicional shamma de color blanco, que es una larga tela de algodón, muy fina, con unas bandas de color en sus extremos y en la que se envuelven como si fuera una toga.
Llegados al estanque, el arca ocupa un lugar preferente en la orilla dentro de una especie de tienda. Allí pasará la noche velada por los fieles. Pueden ser varios los Tabot que se lleven al estanque. En muchas casas hay una y las familias y parroquias pueden querer llevar las suyas. A su alrededor bajo la luz de miles de antorchas, se cantan himnos y canciones alusivas. Se acude en familia y es costumbre llevar comida y bebida para regalar a los sacerdotes y para compartir. Cuando amanece los sacerdotes bendicen el agua del estanque. Los fieles esperan para ser ser bendecidos con ese agua. Simbolizan de esta manera el vínculo sagrado de su bautismo, su fe en la confesión y su renovación en los votos.
Tras el ritual, los Tabots vuelven a sus parroquias o templos. Siempre en procesión. Uno queda: se repetirá el mismo ritual de cantos y oraciones también durante esta segunda noche. Esperará a celebrar en el tercer día, la fiesta dedicada a San Miguel, vendedor del diablo.
Durante estos tres días, que son de vacaciones oficiales en todo el país, las familias se reúnen para comer y compartir mesa.
Dos cosas para los más interesados: el reportaje de National Geographic Channel, que siempre tiene lo mejor en este tipo de celebraciones:
Y una lectura recomendada: Donald Levine, sociólogo y especialista en la sociedad etíope, además de otras muchas descripciones sobre el país y sus gentes describe también esta ceremonia en su libro Wax and Gold: Tradition and Innovation in Ethiopian Culture. Lo tenéis en Amazon.
Y para terminar, una confesión. En este blog mantenemos que el protocolo está en todas partes. No nos llamamos Protocolo a la Vista por casualidad. Nuestro nombre refleja eso que sostenemos. Mirad alrededor con curiosidad: veréis más protocolo de lo que pensáis. Y al respecto una anécdota: la idea de escribir el post de hoy sobre el Timkat se nos ocurrió lunes pasado en un vuelo de Air Europa a Frankfurt. Nos puso sobre la pista un artículo publicado en Europa, su revista de a bordo. Aquí tenéis el enlace.
(Fotos: Tabot: Photo by Gordontour / Flickr, cc by-nc-nd 2.0; bendición: Photo by Carl De Souza/AFP/Getty Images; britannica.com)