Abanicos: mensajes que llegan con el aire
Parecen piezas menores pero los abanicos son mucho más que un complemento del vestuario. No sólo ayudan a paliar el calor -¡nada como un buen golpe de muñeca bien dado para moverlo!- sino que, además, servían en otros tiempos en los que las relaciones entre hombres y mujeres eran asunto de mucha enjundia, a comunicarse entre ellos.
En aquellas zonas donde el calor aprieta -porque donde nieva, sentido no tiene- se ha desarrollado a lo largo de los siglos una cultura alrededor del abanico entre la que destaca el lenguaje a base de movimientos que ayudó a las parejas del siglo XIX a hablarse. A esta forma de comunicación y a algún detalle más, dedicamos hoy el post.
Una pincelada de historia del abanico
Para situarnos, tratar de descubrir en qué momento los hombres se daban aire fresco para paliar el calor, posiblemente con alguna hoja grande, es imposible. Pero sí está claro que sería en las zonas más calurosas del planeta por lo que buscar en las culturas americanas, egipcias, indias o chinas es bastante lógico. Y en ella observaremos que el abanico es, además, un símbolo de poder que utilizaban tanto mujeres como hombres.
Abanico viene del latín vannu. y del verbo abanar (que en portugués significa aventar: hacer o echar aire a algo). De Portugal vino la palabra, pues de allí vino el abanico, al que llegó originalmente de Oriente. Abanar es la acción de mover el abano, un gran abanico que cuelga del techo. Es un armazón de poco peso cubierto de plumas o forrado de tela, que se mueve con una polea accionada manualmente. Lo introdujeron los árabes -que lo usaban ya contra los calores de sus tierras en el siglo VIII- en la India a finales del siglo XVIII. ¡Se han utilizado allí hasta hace bien poco!
A los británicos les gustó el invento: allí se llamaba pankah (o punkah). El operario encargado de mover la polea era un culi* especializado en la tarea: el pankawallah.
Además de abanos, hubo -y hay- flabelos. Evidentemente, del latín flabellum: abanico, que a su vez deriva de flabrum: soplo del viento). Es un abanico muy grande y con mango que se utiliza para dar aire y refrescar el ambiente ante una personalidad:
Coronación de Juan XXII: los flabelos (o flabelli) forman parte del cortejo del Papa. Avanzan a su paso situados detrás de la silla gestatoria. Y flabelo encontrado en la tumba de Tuthankamon.
Son un par de ejemplo, porque en otras civilizaciones antiguas -griegas, romanas o mesopotamias- su uso era habitual en las ceremonias.
Partes del abanico
Cuando hemos buscado fotos sobre las partes de un abanico hemos visto, como también nos ha pasado con el lenguaje, que hay variedad de opiniones. Os hemos preparado este dibujo.
También hemos aprendido, que hay abanicos sin tela (en realidad, “país”, como pone en el croquis). Se llaman barajas, y son el esqueleto plegable del abanico o, dicho de otra manera, hecho solamente de varillas unidas por una cinta.
En cuanto a decoración o materiales…. ¡eso es un mundo! Simplemente inabarcable.
¿Qué transmiten los abanicos?
Comunicarse con un abanico es algo más que moverlo un poco. Alrededor de este sistema de comunicación hay todo un mundo. De hecho, hasta una disciplina: la campiología que estudia el lenguaje del abanico y el significado de sus movimientos.
Esta forma de comunicar con señas floreció en el siglo XIX y ayudó a muchas parejas de citarse y a expresar sus sentimientos sin que nadie, más la destinataria, se enterara de la relación. Viendo cientos de croquis, postales y dibujos; tras leernos varios tratados, blogs y artículos al respecto, hemos resumido en estos movimientos que siguen a continuación, los más frecuentes, conocidos o habituales. ¡Creemos! Porque con toda la literatura que hay sobre el lenguaje de los abanicos necesitaríamos varios post simplemente para contar lo mínimo.
Como veréis, para algunos movimientos hemos encontrado diferentes significados… ¡los hemos puesto también!
Abanicarse rápidamente. Me estás gustando cada vez más.
Abanicarse lentamente o, también, abrir y cerrar muy despacio el abanico
-significa «más despacio»
-estoy casada y me eres indiferente
-no tengo novio
-no me interesa: falta de interés o indiferencia hacia el caballero
Cerrar el abanico:
-despacio: si
-rápido: no
(con variante: presentar el abanico cerrado, es pregunta: “¿me quieres?”. Si es afirmativo, se cierra lentamente; si es negativo, se cierra de forma tajante o de golpe)
-mientras se toca los ojos: ¿cuándo te puedo ver?
Levantar el pelo con el abanico o colocarlo en la sien mirando hacia arriba:
-significa que piensa en ti
-“no me olvides”
Abrir un determinado número de varillas, contarlas o poner el dedo sobre ellas:
-indica cita a una hora concreta
-“tenemos que hablar”
Apoyar el abanico sobre la mejilla:
-sobre la mejilla derecha significa: si
-sobre la mejilla izquierda, “no”
Mujer con abanico, Amadeo Modigliani
Sujetar el abanico con las manos:
-significa bien “olvídame” o bien “es mejor que me olvides”
Cubrirse del sol:
-indica que eres feo … ¡que no le gustas!
Cubrirse los ojos o pasárselo por la mejilla:
-con el abanico abierto, significa “te quiero”.
-“¡cuidado, nos miran!” (también: moverlo con la mano izquierda)
Rozarse los labios o apoyar el abanico en los labios:
-puedes besarme o quiero que me beses
-desconfianza o incredulidad
Mujer con abanico, Gustav Klimt
Pasar el abanico de la una a la otra mano:
-“estás flirteando con otra”
-“eres un atrevido”
Situar el abanico abierto sobre el corazón:
-“Te amo”
-“Sufro por tu amor”
Dar un golpe con el abanico o golpear un objeto con él:
-indica que has metido la pata
-indica impaciencia.
Sostener el abanico delante del rostro:
-con la mano derecha: cuando me vaya, sígueme
-con la mano izquierda: busco novio
Deslizar el abanico:
-sobre la oreja derecha, “No reveles nuestro secreto”
-sobre la oreja izquierda, “Déjame en paz no quiero saber nada de ti”.
*culi: término que se utilizaba para designar a los cargadores y trabajadores con escasa cualificación.
(Fotos: La dama del abanico; británicos en su sala de estar; franceses en Indochina; coronación Juan XXIII; flabelo de Tuthankmon; )