Adaptarse es la clave
Lo habitual es, que cuando dices que trabajas en protocolo, te tachen enseguida de rígido y estirado…¡como poco! No sirve de nada explicar que el protocolo son sólo técnicas y herramientas y que son tan flexibles y manejables que se adaptan a cualquier situación. Eso sin contar que se van adaptando a los tiempos: desde las Juras de los Reyes visigodos a la proclamación de don Felipe…¡anda que no han cambiado las cosas! Y son embargo tanto en una como en la otra ocasión, ceremonial, etiqueta y protocolo fueron, han sido, básicas para la correcta organización de ambas ceremonias. Lo de adaptarse no lo entiende nadie…
Esta reflexión previa nos vino a la cabeza al ver las fotos de la entrega de las Becas de la Caixa: no es la primera vez que las mencionamos. Son un ejemplo de lo mucho que puede conseguir el buen diseño protocolario de un acto. El planteamiento que se hacen en la entrega de estas becas, basado en el estudio de las ediciones anteriores y en el trabajo de campo, da como resultado una diferente forma de escenificarlo: si se convoca al público y a los medios para que asistan, es que se quiere mostrar algo a la sociedad. Y por tanto, cuanto mejor sea esa puesta escena, cuanto mejor transmita el mensaje objetivo del acto, mejor.
Y es lo que se ha hecho en La Caixa: cada entrega de becas se ha adaptado a las características de cada edición. Puliendo, afinando y ajustando para sea un acto pleno.
Veamos un par de fotos:
Las dos fotos superiores, corresponden a los dos últimas veces que los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía entregaron las becas. En las fotos inferiores, los actuales Reyes, presiden la entrega de las becas al año siguiente -tras la proclamación del don Felipe- desde la primera fila de la sala.
El simple hecho de pasar la jefatura del estado de una mano a la otra ya provocó un primer y muy visual cambio: de la presidencia académica clásica, con un número par de personas sentados a ella para arropar al matrimonio real, se pasó a una presidencia integrada en el público, dejando el escenario libre.
Pero, además, este cambio en la ubicación del matrimonio real, permite que la entrega de las becas en este espacio «liberado» de piezas y de personas otorgue un mayor protagonismo y relevancia a quien las entrega y a quien las recibe. Las becas y los Reyes son los protagonistas del acto: visualmente se identifica mucho mejor.
Al ampliar el espacio visible, la figura del Rey resalta en el escenario y atrae todas las miradas. No hay nada que pueda entretener la vista:
Los agraciados suben al escenario de dos en dos y reciben el certificado de mano de los Reyes situados en sendos atriles para la ocasión. Agradecerlo con un apretón de manos es más sencillo que hacerlo por encima de una mesa: además, al Rey de pie, y a la Reina, sentada como sucediera con las becas de 2012. La mesa «separa», aleja. Es una barrera tanto física te puedes dar un golpe en la cadera-, como «química»: allí los reyes, aquí el común de los mortales.
En este espacio tan visual, todas las figuras que juegan un papel en el acto son mucho más visibles que si «se esconden» detrás de una mesa:
En fin, que el acto ha ganado mucho en visibilidad, apelando precisamente a la sencillez: poco ornamento en un escenario en el que lo que cuenta, es la acción. ¿Trabajar sobre el diseño de un acto, su ceremonial y su protocolo tiene, o no tiene, ventajas? Adaptarse es, pues, la clave.
(Fotos: secretariageneral.ugr.es; @BecarislaCaixa; http://www.casareal.es/; www.upo.es; http://www.mujerdeelite.com)