¿Alguno se fijó en el fanón?
No hay estado cuyo protocolo tenga más solera, que la que tiene el Vaticano. Es frecuente que nos olvidemos que, además de la fama de su diplomacia, su otro gran fuerte es el protocolo: sus actos, entre los que hay que incluir los litúrgicos, son puro simbolismo. Ceremonias diseñadas para glorificar el poder, que es, la base y origen de todo el protocolo.
Y si protocolarias son sus ceremonias, protocolarias son las vestimentas. No se nos hace extraño aprender para nuestras relaciones sociales la diferencia entre un chaqué y un frac, pero es muy probable que no sepamos distinguir entre amito y esclavina.
Pues para no equivocarse entre una y otra prenda, el Papa ha rescatado del armario el fanón, y retomó su uso para la celebración del domingo pasado, 21 de octubre. Es una prenda de uso papal para misas solemnes, símbolo del escudo de la fe, mezcla entre amito y esclavina, que se lleva sobre los hombros, por encima de la casulla y por debajo del palio. Pablo VI dejó de usarlo y aunque Juan Pablo II, alguna vez la usara, ¿la recuerda alguien?