Arreglada, ¿pero informal?
Cada acto requiere una determinada indumentaria: es lo que llamamos “la etiqueta”. Hay reglas, recomendaciones y moda pero también sentido común y ante la duda, siempre se puede preguntar. En cualquier caso, si a la oficina no vamos en traje de baño, ni al campo en traje largo y con sandalias, tenemos ya claro que, dentro de un margen, cada ocasión nos pide una ropa diferente.
A entregar un trofeo de tenis, por ejemplo, de largo, gasa y negro…¿a que sí?