¿”Besos y abrazos” vs. “besos o abrazos”?
Los saludos al recibir como anfitriones a nuestros invitados son parte del recibimiento. Y como tal, un aspecto muy protocolario de los actos. Sean del tipo que sea: lo mismo da que sea una invitación a comer, que un concierto. El anfitrión siempre recibirá a su invitado y siempre habrá un saludo.
Y esa es la cuestión. ¿Qué tipo de saludo? Vimos ya en esta entrada del verano pasado que hay dónde escoger dependiendo del grado de confianza que tengamos: del apretón de manos al beso hay un trecho. Eso sin olvidar, que en la forma del saludo hay, además, una base cultural. Unos pueblos son más besucones que otros. En general, en el mundo de los negocios y de la política lo correcto es dar la mano. Pero también la circunstancia hace que la aparente frialdad de es tipo de saludo se cambie por un más cálido abrazo o gesto de cariño.
XVeamos, como ejemplo, el saludo del presidente Hollande a sus invitados según les fue recibiendo en la escalera del Elíseo antes de la manifestación por los atentados de París:
No son todos, pero sí algunos de las altas autoridades que se sumaron al presidente francés aquél día. Faltó una sólida representación estadounidense pero, para remediarlo, el presidente Obama mandó un par de días después al secretario de Estado, John Kerry. ¿Sería que por saber que llegaba tarde se puso nervioso y no sabía si besar, abrazar o dar la mano? ¿Sería que quería compensar con un “mix” de todas las formas de saludo?
¡No le faltó de nada!