¿Café, agua, otra cosita?

Es de cortesía y de ser buen anfitrión ofrecer a nuestros invitados algo de beber. Casi es automático: cuando alguien viene de visita o cuando se prepara una reunión,  es difícil que nos olvidemos del agua -discusión de si botellita o jarra, aparte-, del café o de algún zumo dependiendo de la hora.

Si esto es casi una obviedad, también debería serlo, que las fotos que demande la visita, la reunión o lo que sea que se haya organizado, se hacen antes de cerrar la puerta y eso significa también, antes de que empiece el “cacharreo”, el preguntar si “sólo o con leche”, el “pásame el azúcar” o el tintineo de cucharitas.

Todo aquello que “distraiga” del objetivo de la foto distorsiona su sentido y puede, incluso, provocar comentarios ajenos al fin buscado. Sirva de ejemplo esta sinfonía de jarras, con acompañamiento de botellas y tazas: ¿tanto café beben?, ¡seguro que sed no pasan!, ¡se les va a enfriar la leche!, ¡tocan a botella y media por cabeza!, etc., etc.,…

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