El Duque de Edimburgo: al servicio de su Graciosa Majestad

El Duque de Edimburgo: al servicio de su Graciosa Majestad

Como os prometimos el lunes en nuestro resumen, hoy el protagonista del post será el Duque de Edimburgo. El pasado martes 14 de abril las tertulianas del Kiosko de Protocolo en Europea Media dedicaron el programa a su figura. A las órdenes de Rosa Mateos, Marta Escudero López-Cepedo, María Gómez Requejo y María de la Serna repasaban cada una de ellas una etapa de la vida del fallecido Felipe de Edimburgo. Su infancia y su relación con nuestra reina Sofía, su boda con la reina Isabel II y su funeral marcaron el hilo conductor de la charla en el programa. Este es el enlace al programa. Y para ayudar a verlo: aquí va un resumen de estas tres etapas.

Origen y nacimiento del Duque

Felipe de Grecia y Dinamarca nació en el Palacio de Mon Repos -residencia de verano de la familia real griega- de la isla griega de Corfú el 10 de junio de 1921 -en plena guerra greco-turca (1919 y 1922).  Fue el único varón de los cinco hijos del príncipe Andrés de Grecia (1882-1994) y de la princesa Alicia de Battenberg (1885-1969, bisnieta de la reina Victoria de Reino Unido).  En septiembre de 1922 el gobierno militar surgido del golpe de estado derrocó al rey griego, Constantino I de Grecia -su tío-, y  arrestó al príncipe Andrés -su padre- al que además, condenó a muerte aunque, posteriormente, le conmutara la pena por la de destierro. Felipe tenía 18 meses en esos momentos. La familia abandonó el país -con Felipe en una caja de fruta a modo de cuna- gracias a la ayuda que les prestó el rey Jorge V de Gran Bretaña -primo del príncipe Andrés–. A otro de sus primos, el zar Nicolás II, se la había negado. Y todos sabemos cómo acabaron el zar, la zarina, las grandes duquesas y el zarevich rusos.

Primero se establecen en Francia, pero tras un primer tiempo, a Felipe le mandaron al Reino Unido. Allí se instaló, primero, en el Palacio de Kensington con su abuela materna –Victoria de Hesse-Darmstadt– y posteriormente, con su tío Jorge de Mountbatten -adecuación al inglés del apellido original Battemberg-. Sus hermanas se casaron con nobles alemanes: cercanos o simpatizantes del movimiento nacionalsocialista alemán.

  • Margarita de Grecia y Dinamarca (1905-1981), casada con Godofredo Germán, príncipe de Hohenlohe-Langenburg.
  • Teodora de Grecia y Dinamarca (1906-1969), casada con Bertoldo Federico, margrave de Baden.
  • Cecilia de Grecia y Dinamarca (1911-1937), casada con Jorge Donato, gran duque heredero de Hesse.
  • Sofía de Grecia y Dinamarca (1914-2001), casada primero con el príncipe Cristóbal Ernesto de Hesse-Kassel y después con el príncipe Jorge Guillermo de Hannover.

A su madre, Alicia de Battemberg, sorda desde los 4 años y tenida por una niña con dificultades intelectuales por desconocer el problema de base -posteriormente, aprendería ocho idiomas mediante lectura de labios- le diagnosticaron esquizofrenia y la internaron en un manicomio.

Así, entre las hermanas casadas e instaladas en Alemania y el padre, afincado en Montecarlo, Felipe fue perdiendo el contacto con su familia. Alcanzada la edad escolar, marchó primero en Alemania -a un colegio privado propiedad de su cuñado Bertoldo de Baden, lo que lo hacía muy económica su educación, pues quedaba en casa- y posteriormente en la Gordonstoun School en Escocia. Al terminar esta etapa escolar se alistó en la marina británica y aunque quiso volver después a Grecia a vivir con su madre, que había vuelto allá para trabajar con los pobres y donde se hizo monja e intentó establecer un monasterio en la localidad griega de Tinos, su tío, el rey Jorge II de Grecia, le rogó que no dejara el Reino Unido y continuara su servicio en la Marina. Combatió en la II Guerra Mundial y sólo abandonó el barco para casarse con la futura reina Isabel.

Vínculo del Duque de Edimburgo con la familia real de España

Por un lado, el Rey Juan Carlos tiene una relación familiar directa con la soberana británica por su familia paterna. Su abuela, Victoria Eugenia de Battenberg -casada con Alfonso XIII y madre de don Juan-, era a su vez nieta de la Reina Victoria, de quien también desciende Isabel II, que es bisnieta.

Por el otro, Jorge I de Grecia,  el abuelo del Duque era, a su vez, bisabuelo de la reina Sofía. Si miramos su rama prusiana materna, comprobaremos que el emperador Guillermo II fue el bisabuelo de la reina Sofía y el abuelo de Felipe de Edimburgo. Este es el enlace al post sobre la Casa de Grecia, que ya publicamos hace tiempo para que podáis ver la relación entre las dos casas reales: la española y la griega.

La boda de la princesa y el Duque

Isabel conoció al príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, en 1934. Se dice que tras el noviazgo anduvo la mano de Lord Mountbatten que era quien tutelaba al príncipe Felipe y quien organizó los encuentros con la familia en los que Isabel acabó enamorándose de él. Tras una reunión en el Britannia Royal Naval College en julio de 1939, Isabel, que tenía 13 años, inició con él una larga amistad por correspondencia que acabó en boda. Aceptado el noviazgo, y aceptada la boda de su hija por parte de los reyes Jorge e Isabel, Felipe renunció a sus títulos griegos y daneses, se convirtió de la ortodoxia griega al anglicanismo y pasó a ser el teniente Felipe Mountbatten,  que al fin y al cabo era el apellido de la familia británica de su madre. Poco antes de la boda, fue creado duque de Edimburgo y recibió el tratamiento de Su Alteza Real.

La ceremonia

La pareja se casó el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster, a la que llegó en la carroza de Estado irlandesa junto a su padre, el rey Jorge VI. Fue la primera de la historia transmitida por televisión. La señal de la BBC la siguieron unos 200 millones de personas: teniendo en cuenta la dureza de aquellos años, en los que el televisor era un artículo de lujo, tiene mucho mérito.

La ceremonia la oficiaron conjuntamente los arzobispos de Canterbury y el de York. La reina llevó ocho damas de honor:

-la princesa Margarita, hermana pequeña de la reina Isabel, que tenía entonces 16 años.
Diana Cinderella Bowes-Lyon,  prima carnal de Isabel (era la cuarta hija de John Bowes-Lyon, el hermano pequeño de la Reina Madre).
Lady Mary Cambridge, hija del segundo marqués de Cambridge, primo del rey Jorge VI, y por tanto, prima segunda de la princesa.
-Lady Caroline Montague Douglas Scott, la hija del duque de Buccleuch.
Margaret Elphinstone (Rhodes por su matrimonio con el escritor Denys Gravenor Rhodes), también prima carnal de la reina.
-Lady Elizabeth Longman, amiga íntima de Isabel II.
Pamela Hicks, prima del príncipe Felipe y
-la princesa Alexandra de Kent, prima de la reina y la más joven de todas

El vestido de la novia

El vestido -diseño del modisto Norman Hartnell, inspirado en la Primavera de Botticelli- estaba hecho en satén/seda de color marfil, con decorados florales -flora británica y del resto de la Commonwealth- bordados con hilo de plata, bordados de tul y 10.000 perlas blancas. Hartnell añadió de su propia cosecha un trébol irlandés de cuatro hojas cosido en la falda del vestido a la altura del brazo estirado, para que Isabel pudiese reposar su mano sobre él: ¡símbolo de buena suerte! En su confección trabajaron 25 costureras y 10 bordadoras durante tres meses. Debido a las medidas de austeridad tras la guerra, la princesa tuvo que usar cupones de racionamiento para adquirir los materiales con los que se confeccionó. El Gobierno le autorizó 200 adicionales y las novias de todo el país le hicieron llegar cientos de ellos para ayudarla a que fuera tan espléndido como correspondía a una futura reina. Aunque los tuvo que devolver, pues ese regalo se consideró ilegal.

El ramo estaba compuesto de orquídeas blancas y de mirto,  cortado del arbusto que había plantado la reina Victoria tras su boda. Después se depositó en la tumba del soldado desconocido, de la misma manera que lo hizo su madre, la Reina Madre, en 1923. En el momento de ir a buscarlo para entregárselo a la novia, el ramo no aparecía por ningún sitio. Fueron momentos de tensión que acabaron en anécdota: un trabajador lo había puesto con las otras flores que se iban a utilizar para que se conservara mejor.

Anécdotas hubo más. Se rompió la diadema que había elegido la novia para su boda. Había pertenecido a la abuela de Isabel, la reina María de Teck,  y llevaba engarzados los diamantes que la reina Victoria le había ofrecido a María como regalo de boda. La Reina Madre sugirió que se pusiera otra, que varias dónde elegir había, pero Isabel se negó. Y a dos horas del inicio de la ceremonia, el joyero de guardia de la corte se llevó la diadema a su taller y la soldó a toda prisa. ¡Mal no lo haría, porque ahí sigue aguantando aun!  Es importante, por simbólico, el momento elegido para estrenar una diadema:  la tradición dicta que sólo las mujeres casadas pueden lucirlas. Esta diadema era “el algo prestado” como corresponde a la tradición. Y por si faltaba poco, a Isabel se le olvidó el collar regalo de su abuela por su matrimonio y su secretario tuvo que ir a pie a buscarlo, porque el tráfico aquella mañana era tremendo y en coche no habría llegado a tiempo. ¡Ah, el novio eligió vestir su uniforme naval!

El banquete

El desayuno nupcial, que es como se llama aunque se sirve a la hora del almuerzo  justo después de la ceremonia, tuvo lugar en el Palacio de Buckingham, y consistió en:

-Filet de Sole Mountbatten
-Perdreau en Casserole y
-Bombe Glacée Princesa Isabel.

La tarta de boda medía tres metros de alto y tenía cuatro pisos. Estaba elaborada con ingredientes de todos los territorios británicos y decorada con los escudos de armas de las dos familias. Se cortó con la espada del Duque, regalo de boda de su suegro. ¡Un menú muy austero y acorde a los tiempos de posguerra, que, sin embargo, se sirvió en vajilla de plata dorada .

Los invitados y los regalos 

A la ceremonia asistieron 2.000 invitados, entre ellos diez  monarcas reinantes. Entre los ausentes, las hermanas del novio, pues no se vio conveniente invitar a los familiares alemanes del duque, tras la que había caído en la II Guerra Mundial  y el tío de la novia, el rey Eduardo VIII, que había renunciado al trono para casarse con Wallis Simpson.

Felipe le regaló a Isabel, un brazalete de diamantes que había diseñado él mismo. También le prometió dejar de fumar. Y cumplió. Recibieron casi 10.000 telegramas de felicitación, y más de 2.500 regalos de todas partes del mundo. Mahatma Gandhi les mandó un cordón de algodón, elaborado a mano por él mismo y adornado con las palabras “Jai HInd” (Victoria para la India), una máquina de coser Singer y un frigorífico. La reina María, una librería. La princesa Margarita, una maleta para picnics. Además de los regalos de su familia más cercana, la pareja también recibió una serie de regalos de lo más variados: un caballo de carreras; una cabaña de caza en Kenia; un televisor, un juego de café en oro de 22 quilates; un diamante rosa de 54,5 quilates sin tallar; un abrigo de visón; cristales y vajillas poco comunes…

La Luna de miel

No estaba el momento para grandes dispendios. Por ello decidieron quedarse en el país y pasar esos primeros día juntos en dos lugares importantes para ambas familias. Hampshire, hogar de Lord Mountbatten, tío de Felipe, el conde de Mountbatten y  Balmoral. Los recién casados no viajaron solos: les acompañó el corgi favorito de Isabel, Susan.

El funeral del Duque de Edimburgo

Aunque la familia real ya indicó que a su debido tiempo informaría sobre los detalles del funeral familiar que estaban organizando por expreso deseo del Duque, lo cierto es que existe un protocolo común para las despedidas de los miembros de la realeza y de los más cercanos a la reina Isabel II: tras el pertinente informe que emite la Casa Real, en ellos se establecen ocho días de luto nacional, -aunque se espera que la reina lo mantenga al menos un mes-  banderas a media asta -salvo la Royal Standard de la monarquía, que ondea en el Palacio de Buckingham-; el luto, que recomienda vestirlo en el Parlamento o,  al menos,  lucir brazaletes negros en el brazo izquierdo -como también lo harán los miembros de la familia real-  y una serie de actuaciones en lo relativo al manejo de la comunicación, la organización de los actos y otra serie de detalles. Todo ello se recoge en dicho protocolo a modo de “operación”. Y para cada una de estas personas tiene nombre: el de un puente. Se establecieron en 1960 y fue la propia reina Isabel II quien decidió que se denominaran como los puentes más importantes de los reinos que forman el Reino Unido. Simboliza así el paso de esta a la otra vida. Para el Duque, Operation Forth Bridge y por tanto, el aviso de su fallecimiento, el código fue Forth Bridge Down**. Cuando sea el caso de la reina, la operación será London Bridge y por tanto, su fallecimiento se anunciará con el código London Bridge Down.

El Príncipe Felipe, duque de Edimburgo murió la tarde del 9 de abril. En el comunicado emitido por el Palacio de Buckingham se podía leer:

“Es con profundo pesar que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor”

Anunció también que el funeral familiar, que no de Estado pues el Duque non era el jefe del Estado -“Ceremonial Royal Funeral”- , se celebraría el sábado 17 de abril a las tres de la tarde, hora local, en la Capilla de San Jorge del Palacio de Windsor. Y que se retransmitiría por televisión: la señal de la BBC llegó a todo el mundo.

La ceremonia la ofició el deán de Windsor, mientras que el arzobispo de Canterbury leyó la oración. Debido a la pandemia no se pudo completar tal y como la había diseñado el Duque, pero si se llevó a cabo la mayor parte de los previsto. El féretro con los restos mortales del Duque salió por la Puerta de Estado del castillo de Windsor al patio central a las tres menos veinte de la tarde cubierto por su estandarte. Tras él se situaron los miembros de la familia que formaron la comitiva que lo acompañó hasta la capilla. Antes de ser depositado sobre el Land Rover preparado para el traslado, todos los batallones formados en este espacio rectangular le saludaron como corresponde. La reina, por su parte, salió del castillo por la Puerta del Soberano y recorrió el camino hasta la capilla en coche acompañada por su dama de compañía.

El trayecto a la capilla se hizo a pie -todo el recorrido estaba marcado por representantes de la Royal Navy, los Royal Marines, los Highlanders,  el 4º Batallón del Royal Regiment of Scotland y la Royal Air Force– y al ritmo de las salvas de artillería -a cargo de la King’s Troop Royal Horse Artillery– y de las campanas de la torre Curfew. Tras el coche se situaron los hijos de la reina: la Princesa Real, el Príncipe de Gales, el Conde de Wessex y Forfar y el Duque de York; sus nietos: el Duque de Sussex, el Duque de Cambridge, Peter Phillips; su yerno, el vice almirante Sir Tim Laurence y su sobrino el Conde de Snowdon.

A su llegada a la capilla se guardó un minuto de silencio en la escalinata antes de entrar y de ser recibido por el deán y por el arzobispo a la entrada del tempo. Cerradas las puertas del mismo para el servicio familiar se escuchó la melodía Carry On, ejecutada por The Royal Navy Piping Party.

La etiqueta requerida fue el chaqué -Morning Coat- con condecoraciones. Dentro, y sin quitarse las mascarillas, sólo miembros de la familia real británica:

  • Duquesa de Cornualles
  • Condesa de Wessex y Forfar
  • Vizconde Severn
  • Lady Louise Mountbatten-Windsor
  • Duquesa de Cambridge
  • Sr y Sra. Tindall
  • Princesa Beatriz y su marido, don Edoardo Mapelli Mozzi
  • Princesa Eugenia y su marido, don Jack Brooksbank
  • Lady Sarah y su marido, don Daniel Chatto
  • Duque de Gloucester
  • Duque de Kent
  • Princesa Alexandra, (Lady Ogilvy)
  • Príncipe heredero de  Baden, Landgrave de Hessen y Príncipe de Hohenlohe-Langenburg
  • Condesa Mountbatten of Burma

La ceremonia familiar duró unos50 minutos y durante la misma el coro interpretó varias piezas musicales escogidas por el Duque. También sonó el himno nacional mientras se bajaba el féretro a la  bóveda real. Este detalle, tan íntimo, no se transmitió por televisión. Las cámaras emitieron en esos minutos la interpretación del himno desde la nave de la capilla.

En la página web de la Casa Real, se ha colgado un Libro de condolencias. Es accesible a través de este enlace.

 

Pero siempre es mejor verlo y por suerte la transmisión de la BBC lo permite aun hoy. Este es el video:

 

*el actual apellido Windsor de la casa real británica se adoptó para eliminar toda referencia al origen alemán de la casa tras la I Guerra Mundial. Su nombre oficial es Sajonia Coburgo Gotha. La traducción de Battenberg -montaña de Batten- al inglés es Mountbatten.

**El Forth Bridge es un puente que une Edimburgo y Fife y, por tanto, arteria vital entre el noreste y el sureste del país. Es uno de los monumentos más reconocibles de Escocia y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2015.

 

(Fotos: Felipe, niñoFamilia del Duque; Alicia de Battenberg; boda con damas de honor; vestido de novia; sellos conmemorativos de la luna de miel; comunicado en Buckingham Palace; estandarte del Duquecomitiva tras el féretroféretro depositado sobre el túmulo dentro de la capilla😉