Leonardo, el cocinillas
Leonardo no es una de las tortugas Ninja. Aunque sea lo que a muchos les venga a la mente. Leonardo es, da Vinci. A él nos referimos e el título, aunque la duda no extraña: para muchos es un gran pintor renacentista y su obra es más que conocida.
Pero lo que algunos tal vez no sepan es que Leonardo empezó de joven a meterse entre fogones. Con poco éxito, pues como jefe de cocina de la taberna Los Tres Caracoles, en Florencia, donde comenzó su andadura, fue un fracaso absoluto. Como tambièn lo fue la gestión posterior de otra taberna –Las Tres Ranas– en la misma ciudad y con su amigo Sandro Boticelli -¿me suena?- como socio.
Es posible que tampoco sea conocida su faceta como Maestro de Festejos y Banquetes de Ludovico Moro, Señor de Milán. Y por eso, para los que nos dedicamos a la organización de eventos, es una figura de la historia de nuestra profesión. Para su señor ideó toda una serie de ingenios mecánicos con los que pretendía mejorar algunas tareas habituales de las grandes cocinas de los grandes palacios: picadoras de carne, extintores de incendios, cortadoras de berros… pero eran tan poco útiles que no pudo imponer su uso.
Máquina para convertir lasaña en espaguettis Secadora de tambor para mantenimiento de las servilletas -otro invento de Leonardo-.
De su experiencia como tabernero y experto en cocinas se deriva que tenía que ser un «creador culinario». Así es. Y así lo cuenta el libro que hoy os recomendamos: mermelada de col, sopa siciliana ahumada, lirón relleno…. ¡todo muy original De hecho, y a pesar de su fama como pintor y dibujante, Leonardo acabó su vida dedicado al «arte de la cocina» protegido y apoyado por el rey Francisco I, que como buen amante de los placeres de la mesa, no dudó en probar lo que su protegido le «inventaba» para comer.
El libro que hoy recomendamos es, por tanto, un libro fundamental para el estudiante de protocolo, para el interesado en la materia. Es historia de la cocina, es puesta en escena de los platos y las mesas, es un recetario, … ¡es una maravilla!
Además, tiene para nosotros un significado muy especial: nos lo recomendó Pilar Muiños Morales en su clase de protocolo en hostelería hace muuucho tiempo y fue un gran descubrimiento que hoy queremos compartir con nuestros seguidores. ¡Esperamos tener el mismo éxito!