Poesía para educar en el día de su celebración
Hoy, además de ser el primer día de la primavera, es también el Día Mundial de la Poesía. La Conferencia General de la UNESCO en su 30ª reunión en Paris durante los meses de octubre a noviembre de 1999 decidió proclamarlo así por varias razones , entre ellas “la necesidad social que impulsa en particular a los jóvenes a volver a las fuentes constituyendo para ellos un medio de, interiorización, consiguiendo que el mundo exterior los atraiga irresistiblemente hacia un conocimiento más profundo.” Pero también para promover un “impulso social hacia el reconocimiento de los valores ancestrales” que sea “asimismo una vuelta a la tradición oral y la aceptación del habla como elemento socializador y estructurador de la persona”.
Y a este objetivo queremos hoy dedicar el post.
Cuando leer libros a los niños, cuando leer en general, con tiempo, pausa y tranquilidad, era una forma de adquirir conocimiento, también la educación social, la urbanidad, las buenas formas y maneras se aprendían con ayuda de cuentos, poesía y lecturas adaptadas a los pequeños. Eso que en nuestra moderna sociedad actual hemos dejado de hacer y no hemos sabido sustituir aun por nada efectivo, a los niños se les enseñaba con la simple ayuda de un libro. De sus frases y versos extraían las enseñanzas elementales para aprender a vivir en sociedad, a adquirir hábitos de higiene y a convivir con ejemplos -tal vez tremendos, porque el miedo o el susto, siempre han sido armas de enseñanza- sin un esfuerzo excesivo y con toda naturalidad. En el colegio o en casa. Todos aportaban su granito de arena: y leerles una historia era parte del entretenimiento. Por supuesto, también había mucho de “adoctrinamiento” y de aprender a respetar el orden social de la época. Pero, educaban en la convivencia y lo hacían, muchas veces, ayudándose de la poesía. Vamos a por dos para celebrar, precisamente su día. Dos, muy clásicos.
Libros de educación social o urbanidad para niños hay a cientos. Especialmente de principios del siglo XX: las cartillas de urbanidad “moderna” de la Editorial F.T.D (por su fundador, el marista, Frère Théophane Durand) tanto para niños como para niñas son, tal vez, uno de los ejemplos más clásicos.
De su “Espejo de la Niña” y “Espejo del Niño“, ambos de Francisco Martínez de la Rosa, son estos pareados educativos:
Espejo de la Niña | Espejo del Niño |
“El aseo en la persona
Muchos bienes proporciona” |
“Nunca trates con desprecio
ni aun al que tengas por necio” |
“Propio es del justo y del sabio
el perdonar un agravio” |
“Buen porte y modales
abren puertas principales” |
“Quien es fiel a su palabra
su propio crédito labra” |
“Quien la cólera no enfrena
lleva en la culpa la pena” |
En Alemania, todos los niños saben quien es Struwwelpeter (hay varias traducciones del título. Las más habituales Pedro Melenas o Pedro el desgreñado). Es el niño que da título a un libro de pequeñas historias, escritas en verso, de Heinrich Hoffmann. (Der Struwwelpeter oder lustige Geschichten und drollige Bilder für Kinder von 3 – 6 Jahren, 1939). Todas ellas están referidas a niños con mal comportamiento que, por no corregir, acaban siendo castigados. Stuwwelpeter no se lava, no se corta el pelo, no se corta las uñas… ¡Hay miles de ediciones del libro y no faltaba en ninguna casa!
Sieh einmal, hier steht er,
Pfui! der STRUWWELPETER! An den Händen beiden Ließ er sich nicht schneiden Seine Nägel fast ein Jahr; Kämmen ließ er nicht sein Haar. Pfui! ruft da ein jeder: Garst’ger STRUWWELPETER!
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Aquí está, nenes y nenas,
vean bien a Pedro Melenas! Por no cortarse las uñas le crecieron diez pezuñas, y hace más de un año entero que no ha visto al peluquero. ¡Qué horroroso! -¡Uy, qué miedo! ¡Encontrármelo, no quiero!
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¡Hay mucha poesía que han servido a lo largo de los siglos para enseñar y educar a niños y mayores! ¡Dadle unas vueltas y buscad entre lo que tenéis en casa y lo que ofrece internet. Así, de paso, celebráis también vosotros el Día de la Poesía!
(Traducción: Hoffmann, Heinrich. Pedro Melenas: Historias muy divertidas y estampas aún más graciosas. (Tútulo Original: Der Struwwelpeter) Traductor: Víctor Canicio. Editorial: José J. de Olañeta. Palma de Mallorca, España. 1987. ISBN 978-84-7651-403-0; EAN 9788476514030. 64 pp.)
(Fotos: propias y http://www.theeuropeanlibrary.org/)