Polémica a pie de primera piedra

Las primeras piedras son, indudablemente, el escaparate perfecto para que un político se eche unas flores: ¡casualmente se ponen muchas en época preelectoral! Y con mucha solemnidad y ceremonial. Son los actos ideales para resumir las bondades del protocolo como herramientas al servicio del poder: perfectas para su puesta en escena.

Por ello, además, no hay autoridad que renuncie a estar en la primera fila o, a ser posible, hacer algún papel en ellos. Es habitual en este tipo de actos que se prepare en el terreno una especie de arqueta o hueco en el que depositar una urna, caja o similar, en la que se meten elementos simbólicos, que, dice la tradición deben ser:

-un acta o documento fechado del momento de colocación de la piedra, firmada por las autoridades o protagonistas presentes;
-los periódicos del día
-monedas de uso corriente y
-algún símbolo local: escudo del ayuntamiento, bandera de la comunidad autónoma, pieza típica del lugar…

…que pueden ir entrando en la urna de la mano de cada una de las entidades representadas en la presidencia del acto. Como somos protocoleros, tendremos en cuenta, que si así lo planteamos, las autoridades que participen lo harán en orden de menor a mayor rango

 Y ese es el punto que nos interesa. Ayer por la mañana se puso la primera piedra del edificio que acogerá la sede de la Tesorería de la Seguridad Social en Vigo. A la ceremonia asistían dos ministras , Fátima Báñez y Ana Pastor, y entre las autoridades locales estaba la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva y el segundo teniente de alcalde de Vigo, David Regades. En el momento de meter estas piezas en la urna saltó la polémica. No se contaba con la presidenta de la Diputación y el teniente alcalde se quejó.

carmela Silva

En España las autoridades del estado se prelan según el Real Decreto 2099/83 de Ordenamiento General de Precedencias en el Estado. En su artículo 12 –actos oficiales en el territorio propio de una Comunidad Autónoma – está la lista por orden y es la manera que tenemos los de protocolo de saber quien va delante de quien. Para organizar un acto de este estilo en el que deben estar representados los gobiernos local, provincial y nacional por el tipo de edificio de que se trata, tanto  ministro –por el gobierno central- como  alcalde –por gobierno local- y  presidente de la Diputación, por el regional son invitados “de obligado cumplimiento”.
Su orden, según dicho artículo sería: ministro, alcalde, presidente de la Diputación. Las ministras estaban, el alcalde no. Por las declaraciones de la presidenta de la Diputación se deduce era ella quien le representaba, aunque estuviese allí también el 2º teniente alcalde. Sin embargo esta representación no le otorga la precedencia que le correspondería a éste (RD 2099/83 Artículo 9). 

“La persona que represente en su cargo a una autoridad superior a la de su propio rango no gozará de la precedencia reconocida a la autoridad que representa y ocupará el lugar que le corresponda por su propio rango, salvo que ostente expresamente la representación de Su Majestad el Rey o del Presidente del Gobierno”.

¿Quién tiene que meter los objetos en la urna? ¿Es obligatorio que lo hagan estas autoridades? No. Sobre eso no hay nada reglado: sería algo a negociar entre las tres administraciones, que en los días previos al acto o desde el momento en que se decide poner la primera piedra ya en una fecha concreta, se ponen a diseñarlo y a “repartirse los papeles”. Siempre antes de llegar a la obra.

Casco en ristre y en el preciso momento ya es tarde: y ante las cámaras, en mitad de la ceremonia, las formas cuentan.

 

(Este post se ha publicado también en El Huffington Post http://www.huffingtonpost.es/maria-de-la-serna-ramos/polemica-a-pie-de-primera_b_9470496.html)