El resumen de la semana: señorito, regalo, presidente

El resumen de la semana: señorito, regalo, presidente

Suena un poco como a aquel famoso «bicicleta, cuchara, manzana» de la película de Carles Bosch que cuenta la lucha de Pasqual Maragall contra el Alzhéimer (son tres palabras que se utilizan en la exploración clínica de la memoria a corto plazo), pero en realidad, para nosotros son las tres palabras que protagonistas de nuestros tres post más vistos esta semana. ¡Es lunes y hay que hacer balance!

Con «el señorito» nos solemos referir a nuestro jefe. Pero no sólo entre los profesionales del protocolo. También es habitual entre los periodistas cuando se refieren a sus redactores jefes. A algunos les puede parecer poco cortés, pero refleja con ese salero tan nuestro -que hacemos bromas de todo- la relación entre jefe y empleado y recuerda a esa figura del  «señorito andaluz«* de tan mala fama. Nosotros titulamos así nuestro comentario protocolario del viernes para darle un aire un poco desenfadado. En la foto que acompañaba al texto se ve a unos técnicos sujetando en la chaqueta del presidente Rajoy la petaca del sonido. Lo normal pues la foto es previa al debate en la televisión. Pero, no deja de ser cierto también, que muchos asesores -imagen, prensa y protocolo, habitualmente- acompañan a sus «señoritos» a todo tipo de actos y siempre están pendientes de cuidar su imagen. No es nada infrecuente tirar de una chaqueta con una pinza o imperdible, recomendar secar brillos en la cara o pasar un peine, al margen de repasar discursos, ensayar entrevistas, etc. etc. Al menos, queda claro tras las muchas veces que se ha visto esta entrada, que os ha hecho gracia. ¡Y de sacar la sonrisita del viernes se trataba! Así pues: #TOP1concorona para nuestro señorito!

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El segundo puesto se lo quedan los regalos de Navidad. ¿Qué hago yo ahora con esto? ¿No habéis visto el anuncio de Vibbo/Segunda mano? Campaña total para la venta de aquellos regalos repetidos -y los que no nos gustan, también aunque no lo digan- por internet. Fácilmente: lo fotografías con el móvil y lo subes a su App. ¡Si es que es un hecho demostrable que equivocarse es mucho más frecuente que acertar! Como comentamos en el post, conocer a la persona para la que escogemos un regalo es muy importante. Pero también lo es tener tiempo para pensar sobre qué comprar, para buscarlo, para prepararlo. Y eso es lo que más veces falla: vamos como locos y son pocos los que empiezan en octubre a preparar las listas de quehaceres navideños entre el que «regalar» ocupa el primer puesto. Como siempre, ¡las intenciones son buenas, pero el resultado suele ser más bien malo!

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Cerramos la lista con el tercer protagonista del título: el presidente. Para ser exactos, los presidentes de la entrada. Mañana se celebra en el Senado la VI Conferencia de presidentes autonómicos. Contamos en nuestro post lo que dieron de sí las cinco anteriores y qué es la Conferencia, su sede y sus miembros. Mañana subiremos al blog otros detalles y datos sobre su organización. Son pocas conferencias para los años que lleva existiendo, pero, precisamente también por eso levanta tanta expectación. Para cualquier organizador de actos es un reto y para los protocoleros, además, el escenario perfecto para lucir nuestras herramientas de trabajo: la puesta en escena del poder lo demanda.

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¡Feliz semana protocolera a todos!

 

(Fotos: rtve.es; desmotivaciones.es; minhaf.gob.es)

*El «señorito andaluz«. Esta denominación se acuña desde mediados del siglo XIX y con ella comúnmente se calificaba como tal al poseedor de grandes o no tan grandes latifundios, cortijos, extensiones de tierras sin cultivar, etcétera, la mayoría de las veces heredadas y que en algunas ocasiones se remontaban a los tiempos de la Reconquista, y que sólo vivía de las rentas de los mismos, sin, como vulgarmente se dice, «dar un palo al agua», y que lo único que sabía hacer bien era aprovecharse de los trabajadores de sus campos, modernos siervos de la gleba, a los que explotaba al máximo. Se le caricaturizaba sobre un caballo, con pantalones, botas de montar, espuelas, sombrero cordobés y chaquetilla corta, recorriendo sus extensos predios y subyugando a sus jornaleros. (Manuel Villegas Ruiz)