Hemos visto ya algunas veces en el blog que la firma en un Libro de Honor, siendo un acto pequeño siempre de otra de mayor envergadura, no debe despacharse sin ponerle cierto mimo, cuidado, detalle y cortesía.. Los Libros de Honor son como un diario en la vida de instituciones y empresas y recogen mucha historia en sus páginas. No se pide a todo el que pasa por ellas que estampe su firma: se hace con personalidades de cierto nivel. Muchos de ellos, incluso, se preparan alguna frase pues son conscientes de que lo que allí dejen escrito se va a leer muchas veces, se va a comentar, fotografiar y analizar … ¡es un Libro de Honor! Si lo dice el propio nombre…
Por eso recomendamos tantas veces que se cuide. Las formas son importantes. No sólo la del organizador del mini acto: también la de quien firma. La imagen que quede para los medios debería de poder transmitir la idea que se busca con ella. Si tiempo después por el motivo que sea, alguien busca una foto del acto, debe de tener claro en milésimas de segundo lo que significó aquella parte menor de un acto mayor: el recuerdo es el que pervive.
Hemos hecho ese ejercicio de echar atrás en el tiempo para poder demostrar que la teoría es válida. Hemos buscado un mandatario que firmando. Y hemos encontrado esto:
Pero también ésto, inmediatamente después:
Y nos preguntamos: ¿no podría haberse levantado el señor presidente y haber dejado que su mujer firmara sentada? ¿Por cortesía torera? ¡O por pura cortesía, vaya!
¿Con qué nos quedamos pasado un tiempo cuando ya no podemos recordar bien otros detalles más precisos, salvo que es Israel donde tiene lugar?
Será cosa nuestra, pero retrata a la persona. ¿Estaba cansado de escribir*? ¿O es que es de natural poco cortés, incluso con su mujer?
¿A vosotros qué os parece? Nos gustaría saberlo. El lunes volvemos…¿nos habréis escrito????
¡Feliz fin de semana y cuidaos! Hace mucho calor.
(*texto de la firma:
(Fotos: el País.com)
7 Comments
Buenas tardes:
En realidad, creo que el error comienza en el equipo de protocolo y ceremonial. Si es que la 1° dama de USA, debía firmar, lo correcto era prepararle una silla para ella. De este modo se hubiera evitado el inconveniente.
Los planes B,C,D….son para que los desarrolle el profesional.
El error concluye, con la falta de cortesía del Sr. Presidente Trump…????? ….mmmm…los protocolistas debemos cerrar los ojos con este Señor.
Mis saludos cordiales, desde Buenos Aires, Argentina.
Buenos días Amalia,
no estamos tan seguros de tu afirmación. No creemos que sea necesario poner dos sillas para firmar. Hemos subido a la entrada Firmar en el Libro de Honor una foto de la Reina Sofía firmando sentada mientras el Rey Juan Carlos observa como lo hace. Échale un ojo: https://protocoloalavista.com/firmar-en-el-libro-de-honor/.
Como en todo lo que hacemos los protocoleros, cada circunstancia y cada caso es distinto y a nosotros nos toca adaptarnos. En caso de poner dos sillas para una firma, la primera pregunta que deberíamos hacernos es, si merece la pena montar una mesa con dos sillas. Habría que calibrar la imagen de dos personas sentadas pero sólo una firmando. No es lo mismo mirar desde la altura -estar de pie mientras el otro firma- que mirar estirando el cuello. De hecho, los anfitriones miran desde arriba y no se sientan.
Partir de la base de que el hombre -¡o la mujer- que primero va a firmar, no va a levantarse para dejar la silla ….¡eso cuesta!
Ya sabemos que con el Presidente Trump podría pasar, pero precisamente porque todos sabemos ya a estas alturas, que le faltan la habilidad social y las buenas maneras. Y eso lo hemos visto a través de las imágenes que ha ido dejando caer aquí y allá.
Pero, lo dicho: con este presidente, si no se levanta, mal. Si hay que ponerle una segunda silla para su mujer, pero. Ya presuponemos que es un mal educado.
Gracias por escribirnos.
¡Un cordial saludo!
Buenas tardes,
totalmente de acuerdo Marita, pero y que piensas de la imagen general, la mesa pequeña incluso para una persona, pues es además muy baja, las flores también las veo fuera de lugar.
El conjunto es deplorable y de la educación del firmante ya no hablo.
Gracias por tu trabajo y dedicación al Protocolo, así todos aprendemos un poco cada día
Un abrazo,
¡Buenos días, Nuria!
Si, en la mesa también habíamos puesto los ojos. Parece pequeña y las flores ocupan demasiado espacio. Por un lado, con lo grande que es el Sr. Trump, debería haber sido algo mayor ya que, al poner una silla, se da por hecho que el que firma se va a sentar. Tal vez no contaron con la envergadura que tiene. Por el otro lado, pensamos en un primer momento, que las flores eran un ramo que se le habría entregado a la Sra. Trump -cosa nada extraña- pero lo hemos buscado en otras fotos -llegada, recorridos, posados y no lo hemos visto en sus manos. Así que hemos concluido, como tu bien comentas, que ni la mesa, ni las flores dejan en buen lugar la imagen. No es que sea un desastre, pero sí, mejorable.
De la educación del señor presidente….¡mejor lloremos en silencio!
Gracias por escribirnos: estos intercambios de opiniones llevan siempre a una gran verdad: ¡se aprende siempre de todo y de todos!
¡Un cordial saludo!
Buenas tardes Marita.
Agradezco tu respuesta.
En Argentina, habitualmente se coloca el libro en un atril, de suficiente altura, como para que los firmantes lo hagan de pie. De este modo se evita el montaje de mesa y sillas. Al mismo tiempo los acompañantes, quedan al mismo nivel y se evita, como en la foto, que los anfitriones miren hacia abajo.
Mi respuesta fue como una resolución rápida al inconveniente presentado. Pero tiendo que planificar el mismo, opto por la costumbre de mi país, de contar con un atril.
Muchas gracias por la atención de siempre. Cariños desde Buenos Aires.
Amalia Costia
Téc. Sup. Protocolo y Ceremonial
Hola de nuevo Amalia,
el uso del atril también se extiende por acá. Pero la clásica mesa sigue siendo la favorita. La verdad, es que lo mejor es adaptarse a cada situación. Cada firma es distinta y nuestro trabajo es precisamente ese: reconocer las diferencias y facilitar el resultado. ¡El protocolo es básico para la convivencia!
Gracias de nuevo. Estamos encantados de contar contigo.
¡Saludos cordiales!
PD: quise escribir: Pero teniendo que planificar… (y no tiendo que…) Gracias.