¿Qué tal un poquito de cortesía?

¿Qué tal un poquito de cortesía?

Hemos visto ya algunas veces en el blog que la firma en un Libro de Honor, siendo un acto pequeño siempre de otra de mayor envergadura, no debe despacharse sin ponerle cierto mimo, cuidado, detalle y cortesía.. Los Libros de Honor son como un diario en la vida de instituciones y empresas y recogen mucha historia en sus páginas. No se pide a todo el que pasa por ellas que estampe su firma: se hace con personalidades de cierto nivel. Muchos de ellos, incluso, se preparan alguna frase pues son conscientes de que lo que allí dejen escrito se va a leer muchas veces, se va a comentar, fotografiar y analizar … ¡es un Libro de Honor! Si lo dice el propio nombre…

Por eso recomendamos tantas veces que se cuide. Las formas son importantes. No sólo la del organizador del mini acto: también la de quien firma. La imagen que quede para los medios debería de poder transmitir la idea que se busca con ella. Si tiempo después por el motivo que sea, alguien busca una foto del acto, debe de tener claro en milésimas de segundo lo que significó aquella parte menor de un acto mayor: el recuerdo es el que pervive.

Hemos hecho ese ejercicio de echar atrás en el tiempo para poder demostrar que la teoría es válida. Hemos buscado un mandatario que firmando. Y hemos encontrado esto:

cortesía

Pero también ésto, inmediatamente después:

cortesía

Y nos preguntamos: ¿no podría haberse levantado el señor presidente y haber dejado que su mujer firmara sentada? ¿Por cortesía torera? ¡O por pura cortesía, vaya!

¿Con qué nos quedamos pasado un tiempo cuando ya no podemos recordar bien otros detalles más precisos, salvo que es Israel donde tiene lugar?

Será cosa nuestra, pero retrata a la persona. ¿Estaba cansado de escribir*? ¿O es que es de natural poco cortés, incluso con su mujer?

¿A vosotros qué os parece? Nos gustaría saberlo. El lunes volvemos…¿nos habréis escrito????

 

¡Feliz fin de semana y cuidaos! Hace mucho calor.

 

(*texto de la firma:

)

(Fotos: el País.com)