Frutería, bollería, panadería, menaje del hogar…
En todos los viajes oficiales, reuniones de trabajo, bilaterales, cumbres y demás formas de juntarse que se tercien, es inevitable que los convocados se sienten alrededor de una mesa a comer, cenar o desayunar. ¡Y que se hagan una foto!
Sin embargo, yo creo, que si bien lo primero no lo pueden evitar, pues no hay nada mejor que una mesa para trabajar a gusto, y, al fin y al cabo es a lo que van, lo segundo deberían evitarlo.
Las mesas de trabajo a las que se le suman además de papeles y carpetas, menaje y alimentos son «feas»: no son esas fantásticas mesas de comedor montadas para cenas de gala, que, además, se fotografían siempre antes de poner en ellas cualquier alimento o bebida, si no un «totum revolutum» que da una imagen, al menos, rara. Cruasanes con uvas, casan mal con carpetas y jamón. Parecen un catálogo de un supermercado.
A la muestra me remito….
Angela Merkel con el Primer Ministro de China