Los bailes del Inauguration Day
Ya hace once días que hay inquilino nuevo en la Casa Blanca: se han acabado las fiestas y fastos que rodean al cambio presidencial. Se han escrito muchos post sobre los mil y un aspectos de la ceremonia de jura, de los vestidos de las Primeras Damas, del regalo de Melania a Michelle, del desfile, la cena…. No importa, pues, uno más. Nosotros sólo hemos colgado uno, así que vamos a por el segundo. Este se lo vamos a dedicar al aspecto social: los bailes que se celebran el día de la jura de los presidentes en Washington. ¡Son actos “de etiqueta” que es otro de esos aspectos protocolarios que los organizadores de actos siempre tienen en cuenta!
Estos bailes hoy no los organiza la propia Casa Blanca sino entidades privadas aunque cuentan con el beneplácito del Presidential Inaugural Committee pero se consideran bailes oficiales. Sólo se puede acceder a ellos previa invitación y no son gratuitos: se paga la entrada que puede adquirirse en la página web oficial de los eventos que acompañan a los cambios de presidencia. Eso sí, está garantizada la presencia, aunque sólo sea un rato, tanto del Presidente como del Vice presidente, acompañados de sus respectivas mujeres. Hay también otros bailes no oficiales esa misma noche. Los organizan empresas y organizaciones privadas. Pero no son nuestro objetivo hoy.
Salón del baile 1897, presidente William McKinley
Nosotros vamos a las tradiciones y en este caso, es larga. El primer baile inaugural se celebró en Nueva York en 1789, una semana tras la jura del presidente George Washington, y fue financiado por una serie de patrocinadores privados. En 1809 -toma de posesión del presidente James Madison– su mujer Dolley organizó una gala en el Hotel Long de Washington: a 4 dólares la entrasda y con 400 invitados resultó todo un éxito. Tanto, que la costumbre empezó a asentarse: tras la primera jura del presidente Andrew Jackson en 1833, ya se organizaron dos bailes, que fueron tres en 1841 tras la toma de posesión del presidente Henry Harrison. La idea se empezaba a imponer y había mucha demanda. Tanta, que en 1849 -presidente Zachary Taylor-; en 1857 -presidente James Buchanan– y en 1873 -segunda jura del presidente Ulyses Grant– se llegaron a construir espacios temporales que los pudiesen albergar. El primer edificio gubernamental que albergó un baile presidencial fue la Oficina de Patentes de los Estado Unidos: fue en 1865 tras la segunda toma de posesión del presidente Abraham Lincoln. El segundo, con motivo de la primera toma de posesión del presidente Ulyses Grant en 1869, el Edificio del Tesoro. En el periodo entre 1885 y 1909 el lugar elegido fue el Museo Nacional.
Pero no siempre se han celebrado estos bailes. Por estar de luto tras el fallecimiento de su hijo, no se celebró el del presidente Franklin Pierce en 1853; por parecerle muy caro, lo anuló el presidente Woodrow Wilson en 1913 y por dar una imagen de austeridad, hizo lo mismo el presidente Warren G. Harding en 1921. Y con él, se cerró una época. Claro que, la idea del baile ya se había asentado en la vida social estadounidense con fuerza y simplemente se “adaptó” la fiesta a otro formato: surgieron los Bailes de Caridad. Así, tanto en 1925 -presidente Calvin Coolidge-, como en 1929 -presidente Herbert Hoover-, pero especialmente los años 1933, 1937, 1941 y 1945 -celebrados en la era del presidente Franklin D. Roosevelt- se celebraron bajo ese nuevo aspecto.
Los Truman en el baile inaugural de 1949.
Los bailes inaugurales oficiales retornaron en 1949 con el presidente Harry S. Truman y se hicieron tan populares en la década de lo 50 que apenas se podía ir a todos. En la primera toma de posesión del presidente Dwight D. Eisenhower en 1953 se celebraron dos, pero en la segunda, en 1957, ya fueron cuatro.
Los Eisenhower en 1953
Cuando el presidente John F. Kennedy asumió el mandato presidencial, fueron cinco. En 1977, el presidente Jimmy Carter , también preocupado por el gasto que suponían, no permitió que se cobraran más de 25 dólares por entrada. Pero ya se había instalado la tradición y no tenía visos de desaparecer: muy al contrario. En 1997 se llegaron a celebrar catorce bailes para el presidente Bill Clinton. Con el presidente George W. Bush en 2001 fueron ocho en la primera toma de posesión de 2001 y nueve en la segunda, en 2005. La llegada del Presidente Barack Obama en 2009 se celebró con diez bailes oficiales (¡¡y 129 no oficiales!!).
Como ya hemos comentado, se requiere etiqueta: “white tie and black tie”, o lo que es lo mismo, frac o esmoquin, según la fiesta. ¡Es potestad del anfitrión marcar la etiqueta! Las Primeras Damas lucen sus mejores galas. Y, como también ya es tradición, el vestido del baile se dona al Museo de Historia Americana y pasa a su colección dedicada a las First Ladies. ¡Lo vimos este verano y lo contamos en varios post!.
(Fotos: salón de baile; presidente Truman; presidente Eisenhower; presidente Reagan; presidente Clinton; presidente Kennedy; presidente Bush; presidente Johnson; presidente Nixon