“…sacarse del borrador de pícaro y ponerse en limpio de caballero”.
También nosotros queremos unirnos a la celebración de la semana del IV Centenario de la muerte de Cervantes y de Shakespeare y al reto que nos proponen desde #PBP: buscar detalles de #ceremonial, #etiqueta y #protocolo en cualquier obra de Cervantes y/o de Shakespeare.
Hemos escogido una de las Novelas Ejemplares, “La ilustre fregona“. Como en muchas obras de don Miguel, la descripción de los personajes, de los tipos en los que los basa, de sus formas de vida, profesiones e indumentaria son una magnífica fuente de información sobre los usos sociales y costumbres de la época. Es decir, de algunas de los territorios por los que nos movemos los protocoleros. Así, pues, vamos a ello y sirvan como ejemplo Carriazo, dos andaluces y Costanza, personajes de la obra.
La novela relata las aventuras de dos jóvenes, Carriazo y Avendaño, que siendo hijos de caballeros principales de Burgos, deciden engañar a sus progenitores y marcharse a vivir la buena vida del pícaro, que ya Carriazo había disfrutado durante tres años cuando “llevado de una inclinación picaresca (…) se desgarró, como dicen los muchachos, de casa de sus padres, y se fue por el mundo adelante”.
Pasan dos años y pico y tras un buen verano de suerte en el que el joven Carriazo “ganó a los naipes cerca de setecientos reales” decide éste volver a su ciudad natal a presumir de lo bien que le había ido. Acostumbrado como estaba, a andar descalzo, tomó el camino hacia Valladolid “sobre dos alpargates” y allí pasó dos semanas “para trastejarse y sacarse del borrador de pícaro y ponerse en limpio de caballero“.
En su casa todos se alegraron de su vuelta y de lo muy apañado que venía. Pero pasaron los meses y, como el mozalbete se aburría en su casa sin aventuras que sobrevivir, lía a su amigo Avendaño, embaucándole a base de cuentos sobre “aquella felicísima vida” que había llevado durante el tiempo que estuvo fuera, y urden ambos un plan para marchar de sus casas: estudiar en Salamanca. El camino lo hacen por Valladolid acompañados por un ayo con quien les mandan sus padres. Con la excusa de ir a ver la Fuente de Ardales, plantan al hombre y cambian el rumbo. Viéndose libres, los chicos deciden ponerse “a la ligera”: “Vistiéronse a lo payo, con capotillo de dos haldas, zahones y zaragüelles y medias de paño pardo” y se ponen “en camino de Toledo ad pedem litterae y sin espadas“.
A las puertas de Illescas se topan con “dos mozos de mulas, al parecer andaluces, en calzones de lienzo anchos, jubones acuchillados de anjeo, sus coletos de ante, dagas de ganchos y espadas sin tiros” a los que oyen hablar de una hermosa fregona que trabaja en la Posada del Sevillano y que era de tal belleza que no había manera de resistirse.
Deciden, pues, los mozos conocer a la sirvienta y se hospedan en la posada. Allí está Costanza: “su vestido era una saya y corpiños de paño verde, con unos ribetes del mismo paño. Los corpiños era bajos; pero la camisa alta, plegado el cuello, con un cabezón labrado de seda negra; puesta una gargantilla de estrellas de azabache sobre un pedazo de u a coluna de alabastro, que no era menos blanca su garganta; ceñida con un cordón de San Francisco, y de una cinta pendiente, al lado derecho, un gran manojo de llaves. No traía chinelas, sino zapatos de dos suelas, colorados, con unas calzas que no se le parecían sino cuanto por un perfil mostraban también ser coloradas. Traía trenzados los cabellos con unas cintas blancas de hiladillo; pero tan largo era el trenzado que por las espaldas le pasaba de la cintura; el color salía castaños y tocaba en rubio; pero al parecer tan limpio, tan igual y tan peinado, que ninguno aunque fuera de hebras de oro, se le pudiera comparar. Pendíanle de las orejas dos calabacillas de vidrio, que parecían perlas; los mismo cabellos le servían de garbón y de tocas“.
Moza tan elegante y bella truco debía de tener y tras algunas vicisitudes con posadero, criados, mulas y naipes, pues enamorado Avendaño de la joven deciden quedarse en el pueblo, resulta ser …¡mejor no lo contamos y os dejamos que lo leáis vosotros mismos!
Y si os interesa el tema, no podéis dejar de leer “El traje y los tipos sociales en El Quijote” de Carmen Bernis. (http://www.casadellibro.com/libro-el-traje-y-los-tipos-sociales-en-el-quijote/9788495241177/787913)
(Figurín: http://yporquenocreaciones.com/figurinismo/)