Atriles a discreción…
Una de las piezas con las que hay que contar en muchos actos es el atril. Si hay discursos en un escenario, proporciona seguridad y tranquilidad al orador pues siente que puede “protegerse” con él, además de permitirle apoyar los papeles. Por tanto, deberíamos cuidar algunos aspectos:
-altura adecuada: dependerá de la estatura de los oradores. Si hay varios oradores y no se puede cambiar el atril, hay que tener previsto algún tipo de alza o escabel para los bajitos. Lo mejor es ensayar para ajustar la altura;
-logotipos: debería llevar alguna imagen que identifique a los anfitriones, bien sean logotipos o rótulos;
-decoración: debería estar acorde con el resto de la decoración elegida para el escenario donde se desarrollará el acto;
-agua: mejor en un estante en el cuerpo del atril, que justo encima pues tiende a caerse;
-micrófono: integrado en el mismo, si fuera posible o, al menos fijo para que no se mueva.
En cualquier caso, debería ser una pieza a tener en cuenta, pues durante gran parte del acto, los ojos de los espectadores estarán clavados en él.