Es viernes y aunque la cosa no está para hacer grandes risas, sí lo está para seguir animándonos unos a los otros desde nuestros encierros caseros. Y por ello la sonrisa de hoy no puede faltar. Hemos discutido un poco esta mañana sobre si el post de hoy debía o no llevar al coronavirus entre sus líneas. Con las connotaciones negativas que tiene, ¡a ver si nos estropea nuestra intención! Sería mucho más propio dedicar la entrada de hoy a la primavera: ¡acaba de empezar y siempre es una estación que lleva alegría y color a todos!
Busquemos pues políticos primaverales…. políticos en primavera… primavera política…
No: es peor. La red nos devuelve imágenes horribles…que si primavera sangrienta, que si primavera árabe, que si independentista, trompetera y mil calificativos más. Ninguno bueno. Primavera a seca nos trae árboles en flor, campos verdes cuajados de amapolas, días de sol y cielos azules…¡y eso está muy bien, pero da bajona! ¡Haga frío o calor, salga el sol o llueva, de la ventana no podemos pasar!
La cosa se nos puso difícil. Más vueltas al asunto: vamos a tener que dejar a los políticos a lo suyo y a la primavera en paz. El coronavirus se lo está comiendo todo. Ni nos permite disfrutar de la calle, ni abrazar a las personas que queremos. ¿Abrazar?
¿Abrazar? ¿Saludos? ¿Buenas maneras? ¿Protocolo social? Pues venga:
Aunque ya vimos que los políticos saben -al menos, para hacerse la foto- que no hay que saludar como siempre, sino con nuevas formas para no ser descorteses, este dibujo -que nos ha mandado una amiga protocolera- los reproduce con gracia y salero. Y con ingenio: con ese que nos ha provocado una sana, sanísima sonrisa.
Cuidaos, seguid las recomendaciones y quedaos en casa. Por nosotros y por todos.
#QuedateEnCasa
Hasta el lunes.
3 Comments
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Querida familia de Protocolo a la vista:
Solamente quiero desearles lo mejor y que, con la ayuda del Señor, pronto se acabe esta pesadilla. No puedo decir (¡ni quiero!) que espero que todo vuelva a ser como antes de esta terrible guerra «biologica». No, nada será como antes. Ni tan siquiera podría serlo para aquellos que no hayan perdido o no pierdan a alguno de sus seres queridos. Tan sólo una persona que nos deje -aunque no la conozcamos o no tengamos conocimiento de su existencia- ya es suficiente para el duelo, porque cada uno «falta» en su familia y es valioso.
Desde este pequeño rincón de la Comunidad de Madrid y con la mirada puesta en todo el mundo pero de un modo muy especial en el País Vasco, de donde somos, les envío mis mejores deseos con la esperanza de que Dios nos ayude a poder levantarnos un día y ver que esto ya ha pasado.
Un fortísimo abrazo virtual, sin sonrisa (¡ni siquiera por cumplir!) y con mucho dolor pero también con la firme convicción de que -pase lo que pase- hemos seguido las normas que se ha pensado que son las mejores para colaborar en la erradicación de esta tragedia.
Mari Carmen Martínez de Musitu Pérez.
Buenas tardes, Mari Carmen. ¡Gracias por tus buenos deseos! Aquí estamos todos bien. Sanos. Y trabajando para que se nos haga menos duro estar en casa. ¡Vamos a salir de este horror! Seguro.
Abrazos fuertes den todo el equipo que hacemos Protocolo a la Vista
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